A raíz de la visita del profesor de zoología y documentalista Alberto Redondo a nuestro centro, recupero en esta entrada una curiosidad sobre los inicios del cine que nos contó durante su amena charla. La historia del cine comenzó a finales del siglo XIX cuando un grupo de amigos millonarios debatían sobre si un caballo al galopar levanta las cuatro patas a la vez en algún momento de su carrera. En esa época no se conocía una manera de demostrar quién tenía razón, así que le encargaron a Eadweard Muybridge que buscara la solución de esta incógnita a través de su profesión: la fotografía. Tomó 24 imágenes de un mismo caballo, con una mínima separación de tiempo, con cámaras activadas por el paso del animal que dispararon en su debido momento. Si las imágenes reveladas eran mostradas a una velocidad suficiente se creaba la ilusión de movimiento. Ésta es una de las primeras películas del mundo, Sallie Gardner at a Gallop.
Para ver una película se requiere que los fotogramas sean proyectados a una cadencia de 24 por segundo. Esto es debido a que la sucesión tan veloz de imágenes bloquea la capacidad del cerebro de verlas como fotografías separadas. Esta persistencia en la visión hace que el cerebro mezcle estas imágenes dando la sensación de movimiento natural.
Para comprobarlo os propongo que construyáis un zootropo. Un zootropo es una máquina compuesta por un tambor circular con unos cortes, a través de los cuales mira el espectador hacia unos dibujos dispuestos en tiras que al girar crean la ilusión de movimiento. Fue un juguete muy popular en la época y uno de los avances hacia la aparición del cine.
Si queréis saber más sobre los comienzos del cine, pinchad en este enlace.
Y, por cierto, ¿habéis comprobado si en algún momento el caballo no toca el suelo?
Y, por cierto, ¿habéis comprobado si en algún momento el caballo no toca el suelo?
